Los 3 costes

¿Si debes invertir en una empresa, cuales son tus criterios de decisión?

Existen 3 diferentes maneras de evaluar la calidad de una empresa o de una organización.

La evaluación financiera es la más sencilla porque se basa en datos fácilmente disponibles: volumen de negocios, beneficios, gastos, etc … En cambio, es poco pertinente o poco explicativa: sabes que la empresa A y la empresa B realizaron las dos un volumen de negocios de 10 millones y un beneficio de 1 millón. Pues es posible que estas dos empresas sean muy semejantes o, en todo caso, no tenemos elementos que nos dicen lo contrario.

The 3 costsLas medidas cuantitativas nos permiten mejorar la calidad de nuestra evaluación. Si sabes que la empresa A realice este volumen de negocios con 10 ventas de 1 millón mientras que la empresa B llega al mismo resultado con 100 000 ventas de 100 (euros o dólares), entonces ya puedes imaginar que estas dos empresas no son iguales porque venden productos diferentes y por canales probablemente diferentes. Y si se añade que la empresa A realiza su beneficio sobre la mitad de sus ventas y que la otra mitad no es rentable, mientras que la empresa B realice su beneficio sobre el 90 % de sus ventas y que solamente unas 10 % pierdan dinero, el cuadro descrito por estos datos se aclara. En cambio, esta evaluación es más difícil á efectuar porque estas informaciones son más raras y más difíciles á obtener.

La evaluación cualitativa es el la más eficaz y más explicativa. La empresa A realiza sus ventas con las 100 compañas más grandes del mundo con una fuerza de venta compuesta de 50 vendedores en 10 países, con un plazo medio de realización de venta de 18 meses. La empresa B no dispone de ninguna fuerza comercial, posee una única oficina en un solo país y vende exclusivamente por Internet. Nuestra evaluación de estas dos empresas es esta vez mucho más precisa.

Si se trata ahora de evaluar la calidad de una aplicación con un software de análisis de código, los datos más numerosos y fácilmente disponibles en la mayoría de las herramientas son de tipo cualitativo: son las reglas de conformidad en buenas prácticas, basadas en los estándares del mercado. Reglas y estándares que pueden medirse por decenas incluso por centenas, según las tecnologías.

Las métricas cuantitativas son ya más raras: número de ficheros o de objetos (programas Cobol, clases y métodos Java, funciones o procedimientos SQL, etc.), número de líneas de código (LOC), porcentaje de comentarios, Complejidad Ciclomática (CC), métricas de acoplamiento, etc … Estas medidas son generalmente muy útiles porque nos permiten un retrato más preciso de la aplicación. Siempre comienzo con estos datos cuando hago una auditoria.

En cambio, los softwares de análisis de código no nos entregan las informaciones financieras que son las más útiles para la toma de decisiones. ¿Sí, lo sé, se habla mucho actualmente de la famosa deuda técnica (Technical Debt), pero cuántas herramientas la calculan automáticamente cuando usted analiza su aplicación? Estas informaciones son indispensables para la gestión de un proyecto o de un portafolio de aplicaciones.

Una vez, un CIO me decía: « algunos de mis equipos de proyecto entregan sus aplicaciones a tiempo y sin superar los presupuestos, otros no. Y no sé por qué ».

Esto me recordó una frase (1), que utilicé para el subtítulo de este blog: » la mitad de mi presupuesto de publicidad no me sirve de nada, pero no sé la cual «.

¿Si debes invertir en una aplicación, cuales son tus criterios de decisión?

 

(1). Siempre pensé que el autor de esta frase era David Ogilvy, considerado ‘el papa de la publicidad’, pero de hecho su origen no parece cierto.

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